Este gorro militar no fue creado por el Duque de Ahumada, fundador del cuerpo en 1844, sino que fue propuesto como prenda de cabeza para las fuerzas de caballería, mientras que para las de infantería se proponía un morrión o gorra similar a un ros. Fue S.M. la Reina Isabel II, a propuesta del General Narváez, quién resolvió extender el uso del tricornio a la fuerza de las dos armas.